La cultura es una de las asignaturas más bellas que este municipio regala a vecinos y turistas. La Casa-Palacio de los Godoyas, del s. XVII, se ha convertido en el centro de exposiciones de este municipio. Pero este emblemático edificio ya desprende historia arquitectónica desde que nos plantamos enfrente de él. Encima de sus ventanas enrejadas y su gran balcón, un escudo de mármol de la familia Del Moral preside esta fachada, dividiendo de forma simétrica la galería de arcos enmarcados por pilastras, que juegan con el visitante a descubrir por qué ventana se asomará la marquesa. Atravesando su portada de cantería, escoltada por dos pilastras de piedra con preciosas ornamentaciones, llegamos a su interior, donde varias estancias, convertidas en salas de museo, se comunican entre si en su patio central. Desde la preciosa fuente de piedra que preside este corral, levantamos la vista para contemplar cómo la luz, reflejada en las cuatro columnas de mármol blanco que soportan la galería superior, juega con la madera labrada de sus barandillas. En la parte trasera, un romántico jardín, antiguo huerto de la familia, nos invita a descansar y recordar la belleza de este museo que hoy expone el arte de La Alpujarra.

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